sábado, 16 de febrero de 2008

No aprendimos nada.

¿Se acuerdan de los tristes días del 2001? Creo que todos los recordamos, algunos más, otros menos, pero quienes padecimos la horrible sensación de que el país se iba a pique jamás lo olvidaremos.
Ser argentino es un desafío increible, es ser una mezcla de Indiana jones y McGyver, es sólo estar seguro de que nada es seguro en nuestro país.
Nombres como Menem, Cavallo, Corach, Camilión...(Qué asco) parecen ser hijos del olvido, porque hay tantos delincuentes que uno tiene presentes a los que nos maltratan en los últimos tiempos.
El país se incendió, no fue la generación espontánea, lo prendieron fuego, De la Rua se quemó sólo con el vapor de una realidad que él en parte no supo manejar, le dió superpoderes a Cavallo y lo permitimos, no tenemos cura.
Entrar en más detalles es pedirle un esfuerzo demasiado grande al corazón, pero la memoria está intacta.
Fueron días muy tristes... Y al parecer, no hemos aprendido nada, nada ha cambiado, no se fueron todos, siguen los mismos y con más poder. Los bancos están cada día más fuertes, la pobreza no muere, el analfabetismo crece, las drogas inundaron las calles, ni hablar de la delincuencia... y nosotros seguimos yendo de shopping, seguimos enriqueciendo a las corporaciones, a los políticos, a los culpables de nuestra desdicha. Esto nos pasa y nos seguirá pasando, seremos testigos una y otra vez, del costo inhumano del poder.